Mientras que la rivalidad con argentinos nace desde la disputa del primer partido internacional de ambas asociaciones y se acrecienta en las primeras décadas del siglo XX (con los enfrentamientos por las finales de los Juegos Olímpicos de 1928 y la Copa Mundial de Fútbol de 1930, ambas con victorias uruguayas), la rivalidad con Brasil surge en el Mundial de 1950 con el famoso Maracanazo y se fue acrecentando durante las décadas posteriores en donde ambas selecciones siempre disputaron partidos definitorios para ganar campeonatos.